miércoles, 20 de mayo de 2009

Duelo en el teatro Latinoamericano

Mueren, el Rulo Dominguez y Augusto Boal

Viernes 22 - 22 hs
DESPEDIDA DIONISÍACAAL ACTOR
“RULO” DOMÍNGUEZ







El adiós a un referente de artistas.
El reconocido actor y músico neuquino Raúl “Rulo” Domínguez falleció en la madrugada del 17 de mayo. El deceso fue como consecuencia de una enfermedad terminal.En sus últimos años desarrolló una intensa labor al frente de Teatristas Neuquinos Asociados.
“Nuestro querido amigo y compañero teatrista Raúl ‘Rulo’ Domínguez se fue de gira en esta madrugada...”, reza en su apertura el comunicado de prensa a través del que la Comisión Directiva de Teatristas Neuquinos Asociados (TeNeAs) anunció ayer la desaparición física de su presidente. Domínguez era un ejemplo indiscutido de vocación y trabajo para los artistas independientes locales, y su carrera profesional es uno de los capítulos destacados de la historia del teatro neuquino. El estimado actor falleció, a causa de un cáncer que padecía desde hace un tiempo que le había deteriorado mucho su estado de salud. Raúl Domínguez, o simplemente Rulo, como lo conocíamos sus compañeros, integró la primera camada de artistas formados en la entonces Escuela Provincial de Bellas Artes, egresada en 1965 de las clases de Alicia Fernández Rego. Ese conjunto de noveles artistas dio lugar a la conformación del Grupo “El grillo”, del que formó parte junto a Alicia Villaverde, Darío Altomaro, Cecilia Lizasoain, Jorge Capellán y Gloria Napal con quienes recorrió escenarios locales y nacionales bajo la dirección de Fernández Rego.
En los albores de la década del ‘70, Domínguez abrió las puestas de Café Teatral, de la mano de Villaverde, Altomaro, Nestor Sotomayor, Noman Portanko y Jorge Gueijman, el primer espacio local en el que se desarrolló el café concert ubicado sobre la Diagonal Alvear. “El café concert era una novedad en Neuquén porque recién se abría La Botica del Ángel en Buenos Aires, así que teníamos mucho público, después tuvimos otro sobre Avenida Argentina”, recordó Alicia Villaverde, quien además de compartir 40 años de andanzas con Domínguez por los caminos por los que los llevó el teatro, la unía a él un vínculo de profunda amistad. Más tarde, los artistas fundaron el grupo “Génesis”, elenco que viajó a México al primer festival de teatro latinoamericano y luego llevó adelante una gira por distintos países de Centroamérica. Sin embargo, en 1977 la fructífera labor de Domínguez en la escena cultural regional fue forzosamente interrumpida por la imposición de la última junta militar que lo condujo al exilio en México.
Tiempos en el exterior. “En distintos momentos pero por las mismas razones, porque la dictadura arrasó con la cultura de este país y sus hacedores, después que nos largaron nos fuimos a México a vivir y estuvimos muchos años allá, siempre actuando, dando clases, haciendo teatro infantil con títeres y haciendo lo necesario para sobrevivir”, señaló Villaverde. Durante más de 25 años, el actor continuó su trabajo teatral en tierra azteca donde actuó en obras como “El hombre de La Mancha”, “Madre coraje”, “El otro huevo de Colón”; dirigió once espectáculos y realizó 16 montajes con el Grupo Ensayo. En 2005, y a pesar de los lazos profesionales y afectivos que lo ligaban a México y en especial a Mérida donde había residido durante los últimos años, decidió emprender el camino del regreso a Neuquén. “Era un gran actor, con una excelente voz, con una emotividad tremenda arriba del escenario y una transmisión de la emotividad increíble, que no es fácil de conseguir. Era un ejemplo viviente para los actores locales y un pedazo de la historia del teatro neuquino”, afirmó la actriz y directora.
Lucha por el teatroDesde su regreso a la ciudad, Domínguez se unió a la lucha de sus compañeros por poder llevar adelante su actividad de manera digna y contar con escenarios donde realizar sus presentaciones. Tanto arriba como abajo del escenario, y últimamente desde su cargo de presidente de la Comisión Directiva de TeNeAs, el artista hizo todo lo que estaba en sus manos para mejorar las condiciones de trabajo de los intérpretes de la región. “Para todos los actores, y Rulo en especial, su mejor accionar es arriba del escenario, entonces no tenerlos, no tener la valorización de la actividad es algo que te desgasta”, opinó Villaverde. “Nos deja el mejor de los recuerdos un amigo luchador, fiel al teatro donde estuviera, un actor que entregó su vida a este arte, un compañero incondicional y exigente que aceptó los desafíos que la vida le fue dando en cada momento”, resalta el comunicado emitido por TeNeAs, “Rulo, todo nuestro amor y reconocimiento y sabemos que vas a reunirte con Dionisios para seguir acompañándonos en cada camarín y cada estreno que el Teatro Independiente de a luz”.


El teatro del mundo sufrió una gran pérdida: falleció el creador del “teatro del oprimido”, Augusto Boal.



Para el dramaturgo, director de teatro, escritor y actor, de origen brasileño las circunstancias políticas de América latina lo hicieron ser parte del mundo.
Augusto Boal delineó los principios y métodos del Teatro del Oprimido (TO) a partir de una experiencia escénica que tuvo con campesinos peruanos, en el marco de una campaña de alfabetizació n inspirada en la metodología de Paulo Freire. Dicha metodología no apuntaba sólo a enseñar a leer y a escribir, sino a que los alumnos logren una comprensión crítica de la realidad social, política y económica que les tocaba vivir, aprendiendo a descifrar, intervenir y transformar su entorno. “¿Por qué tenemos que seguir la estética determinada por la clase dominante?” fue a partir de esa pregunta que llegó a la afirmación de que la única manera de realizar un teatro auténticamente político es transformando las convenciones que dirigen la representació n escénica. Entonces, decidió romper con la clásica separación entre actores y espectadores, situación que claramente delimita quiénes son los que tienen el privilegio de la palabra, la acción y la atención. Mientras el resto debe optar por el silencio, la quietud y la oscuridad. La propuesta de Boal implica una ruptura en este reparto de roles, permitiendo que los espectadores sean espect - actores o espect - actrices, es decir, que participen activamente de la representació n.Las dictaduras lo fueron corriendo, de Brasil vino a la Argentina donde conoció a su esposa, y en marzo de 1976 debió partir nuevamente. Desde allí se trasladó a Portugal, tan sólo por dos años. Luego, invitado por la Sorbonne para dar clases de Teatro del Oprimido, se radicó en Paris. Su vida en el exilio fue hasta 1986, tiempo en el que jamás dejó de trabajar sobre el teatro del oprimido adaptándose a la coyuntura social de cada país en el que estuvo. El TO no se quedó sólo en los ámbitos teatrales, sino que fue llevado por Boal a la esfera política en la década del ‘90, donde fue concejal de la ciudad de Río de Janeiro. Su propuesta era trabajar teatralmente los problemas vividos por el ciudadano común y discutir las leyes en las calles. Así fue, cuando inició el proyecto ‘Teatro Legislativo’, transformando al elector en legislador.En su interpretació n sobre el teatro articulado a una potencial transformació n de la cotidianeidad de la vida, supo decir como, “todo ser humano usa en su vida cotidiana el mismo lenguaje que los actores usan sobre el escenario. Si bien no existe receta para dejar de estar oprimido, el objetivo es ensayar en escena para transformar la realidad fuera de ella”. En marzo de este año, recibió el reconocimiento de "Embajador Mundial del Teatro" de la UNESCO. En el momento de su muerte se encontraba desarrollando un proyecto teatral con el apoyo del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, que pretendía llevar a cabo en una quincena de estados de su país. El 2 de mayo de 2009, Augusto Boal falleció en Río de Janeiro a los 78 años, a causa de una insuficiencia respiratoria.
Desde el CEsBA Neuquén, quisimos estar presentes en una humilde mension a dos grosos del TEATRO que lucharon hasta el final por la comunion entre ARTE, POLITICA Y VIDA.

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